Entender el mundo

          a) El hombre medieval entendía el mundo y se entendía a sí mismo como creación de Dios. Su actitud básica era la contemplación de la realidad, la búsqueda de la verdad de las cosas. Todas las ciencias se referían unas a otras, en un sistema de fundamentación y dependencia recíprocas. Sobre las ciencias positivas se levantaba la filosofía o ciencia de las últimas causas naturales, y sobre esta la teología o ciencia de la revelación sobrenatural, formando así una teoría general de la ciencia.

             b) En el Renacimiento desaparecieron los estamentos y surgió la burguesía. El hombre dirigió la mirada hacia sí mismo y sus obras, convertido en sujeto productivo. La certeza matemática se convirtió en modelo de certeza racional. El espíritu humano renunció a reflexionar sobre el “ser” y se retrajo sobre el “hecho”. En la Ilustración se produce una nueva correlación entre experimento y método, que hace al hombre capaz de lograr una interpretación de la naturaleza conforme a sus leyes. Surge la ideología del progreso, la fe en un ilimitado poder transformador del hombre. Se impone la convicción de que sólo podemos conocer con certeza lo repetible, lo experimental. La esperanza y la razón se tornan positivas. La actitud básica pasa a ser la de dominio.

             c) Finalmente, el hombre de hoy ha sido despertado del sueño del progreso indefinido por las guerras, el terrorismo, la explotación del planeta, las diferencias sociales… de nuestros días. Esta frustración le ha vuelto escéptico, individualista, hedonista… Cree únicamente en la técnica aplicada, en cuanto mejora su personal calidad de vida. Se ha hecho internauta, habitante de un medio donde aprende el relativismo de la multiculturalidad, y donde puede arrojar sus opiniones sin compromiso. Sospecha de todo metarrelato, de todo ideal. “Vive y deja vivir”.